Energías como Bienes Comunes

La microgeneración de energías renovables refiere a generación de energía eléctrica en pequeña escala, que se obtiene a partir del viento o del sol. La potencia de generación obtenida normalmente no supera los 20kW. Generalmente se utiliza para brindar provisión eléctrica domiciliaria o rural. Con el avance de la tecnología y también de la concientización ciudadana sobre las ventajas de la utilización de energías renovables, se esta incrementando la oferta de equipamiento que permite producir pequeñas cantidades de energía en el mismo lugar que se consume.
Una de las principales ventajas de la microgeneración es que mediante su utilización, se incluye al usuario final en la ecuación energética de las poblaciones. El modelo clásico de provisión de energía plantea la generación en grandes usinas alejadas de los centros urbanos y un sistema de transporte y distribución hacia los hogares y usuarios finales. Los costos y perdidas de trasladar la energía eléctrica son muy elevados y además, este modelo de mercado de provisión de energía tiende, en todos los casos, a ver y a tratar al usuario como cliente, quien en definitiva, termina pagando sobreprecios a empresas privadas, por la electricidad, por las perdidas en el transporte, por la construcción y mantenimiento de las redes y por los procesos de administración y facturación.

Modelo clásico de generación de energía eléctrica centralizado Fotos: 1,2,3,4,5

En el modelo de microgeneración distribuida se tiende a ver al usuario final como un eslabón más en la ecuación energética ya que estando en capacidad de autoabastecerse, rara vez demanda energía de la red y todo lo que genera lo consume en el lugar. Además, dependiendo de las dimensiones de la instalación y la disponibilidad de energía con la que se cuenta en la zona, puede también aportar la electricidad excedente a la red eléctrica dejando de ser un consumidor y convirtiéndose en productor.
Un punto muy importante a tener en cuenta es que las energías renovables son consideradas bienes comunes de la humanidad y como tales están disponibles para todos. De todos los tipos de energías alternativas, solo la eólica y la solar están disponibles a nivel comunitario y requieren relativamente baja inversión para poder convertirlas en energías de uso humano como la electricidad o el agua caliente. El resto solo está disponible para grandes empresas que son capaces de construir transductores o tecnologías complejas difícilmente alcanzadas por los usuarios finales.
En los países desarrollados está creciendo considerablemente el uso de microgeneración eólica y solar distribuida principalmente debido a que desde los organismos estatales se están promoviendo programas de fomento de inversión y subsidios con el objeto de alentar a los ciudadanos a participar en la ecuación de generación de energía eléctrica.
Para que los usuarios finales puedan interactuar con la red eléctrica es necesario cumplir con ciertas normas de calidad de la energía aportada por los sistemas de microgeneración. Además es necesario que exista un marco regulatorio que reglamente las condiciones en las que será efectuado el aporte a red. Por lo general debe definirse el precio por unidad de energía (Kw) que las empresas distribuidoras van a abonar a los usuarios en caso que éstos inyecten su excedente a la red.

Esquema de funcionamiento de la microgeneración eólica y solar domiciliaria. Imagen 1

El los casos de microgeneración en zonas rurales o domicilios desprovistos de conexión a la red eléctrica (sistemas híbridos), se debe contar con un sistema de almacenamiento de energía, comúnmente, un banco de baterías de corriente continua, que acumulen el excedente de generación y lo disponibilicen en las horas de más consumo o cuando no se cuente con provisión de energía solar o eólica.

Sistemas híbridos no conectados a la red eléctrica. Imagen 1,2

Para plantear el diseño e instalación de un sistema de microgeneración en un domicilio, se deben hacer algunos cálculos de demanda promedio y de disponibilidad de viento y energía solar en el lugar. A este proceso se le llama: “cálculo de balance energético”. Los resultados obtenidos permiten dimensionar el sistema y predecir por cuantas horas se va a sostener la provisión de esta energia acumulada.
Si tenemos en cuenta que el promedio de consumo eléctrico hogareño ronda los 10kw por día, se calcula un promedio anual de vientos en superficie y un promedio también anual de días con radiación solar directa. De esta manera se puede calcular el tamaño y que tipo de aerogenerador conviene mas como así también la cantidad de celdas fotoeléctricas sugeridas.

Diferentes modelos de turbinas eólicas para microgeneración. Imagen: 1,2,3,4,5

En el caso de estar en condiciones de inyectar el excedente en la red, existen también ecuaciones que permiten calcular la inversión ideal y los tiempos de amortización, teniendo en cuenta la rentabilidad de la venta de este excedente de generación hacia la red externa.
En la República Argentina todavía no contamos con un marco regulatorio que permita interactuar con la red con potencias menores a 1Mw (1 MegaWatt) como lo indica la “Ley 26.190 de Promoción para la producción de electricidad proveniente de energías renovables”
En un futuro próximo, el gobierno argentino y los entes reguladores de energía formarán este marco regulatorio necesario para inyectar a la red eléctrica y con seguridad, los usuarios podremos sumarnos al loable proceso de contribuir a la matriz energética nacional. El recurso eólico y solar que tiene nuestro país es abundante y su aprovechamiento depende fundamentalmente del conocimiento, la concientización y el compromiso de cada ciudadano con el cuidado del medio ambiente.